martes, 12 de diciembre de 2006

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Y ella llora, maniatada a plegarias ilusas, ve como su blanco cuerpo se pierde entre las sombras, como poco a poco la vida huye, y le gustaría huir con ella; creerse un pájaro, volar libre por sobre la oscuridad, ser capaz de ver un amanecer, de ver la luz, sin que esta la ciegue. Quería soñar, creer que su ilusión se volvería realidad; sentir que su vida tenía algún sentido, mas no podía. Caminaba entre arboles, entre sombras, que formaban un lóbrego templo; sus ojos no podían elevarse, su espíritu se encontraba atado, la tierra la llamaba; deseaba beber, la sed la atormentaba, mas el lago estaba privado para ella, y cada una de las estrellas que en el se reflejaban eran los ojos de los ángeles que comenzaron a llorar, la sangre fluía desde aquellos ojos y se cristalizaba en sus labios, deseaba aire, ser capaz de respirar. Avanzaba dificultosamente, tropezaba a cada paso creyendo no tener fuerzas para continuar, su mascara se volvió frágil y poco a poco comenzó a caer, cada trozo golpeaba el suelo, produciendo un sonido sordo, un eco de soledad que marcaba segundo a segundo, al ritmo de sus latidos. Continuó su caminar, a cada momento observaba sombras, ilusiones que se le aproximaban, le tendían la mano... pero solo para dejarla caer. Derrochaba palabras, pedía ayuda mas nadie la escuchaba, y solo la observaban los ojos ciegos de aquellos que decían amarle. El dolor pesaba en su alma, sonreía, en un intento por volver a creer, a soñar... En la distancia divisó un prado, el resplandor la sorprendió, por primera vez en mucho tiempo sus duros ojos de cristal brillaron, como si aún viviera; corrió, corrió en dirección a ese lugar, pero a cada paso, este se alejaba... pronto volvió a caer. Regresó sola, avanzando entre recuerdos, recuerdos en los cuales la soledad la extasiaba con su cálido néctar, recuerdos... que se desvanecieron, ilusiones que no existen ni nunca existieron. Caminaba... en círculos, cada vez que creía avanzar, solo volvía al mismo lugar, no conseguía salir, no conseguía mirar, deseaba volar, elevar sus débiles alas y dejar de sufrir... solo quería desaparecer. Olvidar, olvidar el dolor que la atormentaba desde siempre, ya no recordaba la luz, pues a cada amanecer sus ojos quedaban ciegos; recobro el valor y fue capaz de romper el circulo, y llego a un barranco, su mirada descendió, vivió belleza en el abismo, el abismo de aquellos ojos fríos, deseo fundir su corazón en ellos... De un momento a otro su ser siguió su mirada, solo se dejo caer; sintió como su cuerpo caía, como volaba y se liberaba; sus sueños se cumplieron, su corazón se fundió con esta belleza gélida, vivió su ilusión, y solo desapareció...

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Escribí este texto hace varios años y lo postié en un foro...
Hoy me sorprendí al ver que ese topic aun existía...

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